martes, 24 de marzo de 2009

LO QUE OTROS DICEN DE FRANCISCO LUIS JIMENEZ ARCILA (q.e.p.d)

LA VIDA DE LA SOLIDARIDAD NO SE ACABA NUNCA

Un hombre que es campeón de la vida y del trabajo cooperativo.

Por
Francisco Javier Arias R.
Medellín

Con 104 años cumplidos el pasado 2 de octubre, a Don Francisco Luis Jiménez Arcila ningún calificativo ni ningún título le queda grande. Ni el de abogado, ni el de humanista, ni el de pensador o sociólogo y, mucho menos, el de cooperativista. Como tampoco le queda grande el siglo cumplido hace cuatro años, sobre todo, porque ha sido pródigo en solidaridad a manos llenas.

El matrimonio y los hijos que nunca tuvo los reemplazó por las cientos de cooperativas que fundó o promovió y, por eso, tampoco le queda grande el título, bien ganado y que le han impuesto "sus hijas", las empresas solidarias, como "el Padre del Cooperativismo en Colombia" o el de Cooperativista del Siglo" en el país. "Esas cooperativas que fundé o que promoví en todo el país, son mis hijos", dijo don Francisco en reportaje a EL COLOMBIANO en octubre de 2002, cuando cumplió los 100 años.

Hernando Zabala, quien ha estado muy cerca de Don Francisco en estos años como escribiente de sus memorias, destaca que "este abogado antioqueño, nacido en Granada (Antioquia), continúa participando en el debate por la consolidación de la economía solidaria en nuestro medio".

Solidaridad, su pasión
Además, la solidaridad y la equidad no han sido solo su oficio, sino su pasión a la que todavía, a pesar de su avanzada edad, le dedica varias horas y días a la semana en la oficina en el centro de la ciudad, en la sede del Centro de Altos Estudios Cooperativos, creado por él en 1943. Aunque no con la frecuencia de antes, Don Francisco no deja de asistir a la tertulia que se forma alrededor suyo. Su impresionante memoria y su envidiable claridad mental, todavía son guía para las nuevas generaciones de dirigentes que acuden a su consejo.

Zabala, como otros dirigentes del sector, destaca que en su hoja de vida se pueden encontrar cargos de alto mérito, solo reservados a los más comprometidos con la causa de la solidaridad, como miembro consultor de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), presidente de la Organización de Cooperativas de América (OCA), consultor de la Organización Internacional del Trabajo en asuntos cooperativos y derecho del trabajo.

Además, fue asesor de la Federación Nacional de Cafeteros en la creación de las prósperas y boyantes Cooperativas de Caficultores; fundador de Seguros La Equidad; presidente de la Asociación Colombiana de Cooperativas, así como fundador y presidente de la Cooperativa Familiar de Medellín y de la Federación de Cooperativas de Vivienda, de la que también fue gerente.

Sus diferentes escritos sobre doctrina y derecho cooperativo, que inició con sus tesis de grado en 1930, ya los donó, con sus numerosos libros, a la Universidad Luis Amigó (donde opera la Facultad de Administración de Empresas con énfasis en Economía Solidaria).

En ellos se pueden leer muchas de las enseñanzas de Don Francisco Luis Jiménez. Una para la ocasión: "El espíritu de solidaridad reside en la mutua solidaridad... El cooperativismo no es solo una forma de organización. Es también un medio eficaz para la educación de los pueblos, porque por él un gran número de individuos llegan a ser tolerantes, previsores, ecuánimes.... Y SOLIDARIOS”.

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