sábado, 14 de marzo de 2009

Comentarios a la Fundación del Sitio de Santa Bárbara de Los Baos

Por
Julián M. Vélez Tamayo, Ec.[1]

Cuando un granadino está en edad escolar y sus profesores ven conveniente la enseñanza de la historia local, entre otras cosas, para generar un estado de identidad que podría definirse como Cultural, algo similar a lo que hoy se llama “cátedra Local”, necesariamente se empieza con la tradicional historia del “cargador” o “terciador” de apellido Agudelo. Es muy gratificante escuchar esta historia que, por sus narraciones tan espectaculares, parece “mágico” el origen de la devoción a Nuestra Santa Patrona y desde luego, el origen de nuestro pueblo.

Después de volver a escuchar la historia, es imposible no hacerse varias preguntas: si bien es cierto que se data la fecha del 31 de enero de 1807 como la fecha fundacional de nuestro pueblo, debido a la celebración, en la “Iglesia pajiza” existente, de la primera misa oficiada por el entonces Cura de Marinilla el Sr. Doctor Jorge Ramón de Posada; ¿desde hacía cuánto tiempo se encontraba la mencionada Iglesia?, ¿Cuánto tiempo hacía que había sucedido lo del Cargador Agudelo?, ¿Cuándo empezaron las diligencias para la erección en “curato” de esta Colonia? ¿Hasta qué punto puede considerarse esa historia leyenda?

Definitivamente son muchas las preguntas y quizá el más ilustrado de los historiadores no sabría darle respuesta adecuada a cada una de estas; sin embargo, es posible remitirse a la situación mundial de la época. Muy probablemente la fundación del “Citio de Santa Bárbara de los Baos” [2]fue un efecto de todas estas situaciones tan inquietantes.

Una mirada histórica a los acontecimientos que posibilitaron estos hechos

La primera referencia entonces, es nuestra Madre Patria, hacia finales del siglo XVIII, cuando se supone ya la existencia de habitantes en el lugar, reinaba “El Rey nuestro Señor (que Dios guarde) don Carlos III de Borbón”[3], causante de las llamadas “reformas borbónicas” que buscaba la asimilación de la Ilustración o “Siglo de las Luces” en España para evitar lo que le sucedió a su desgraciado primo de Francia, al rey Luis XVI. Estas reformas dieron pie a una serie de eventos entre los cuales, vale la pena presumir uno de los más humildes, fue la fundación de Santa Bárbara de los Baos.

Dentro de las reformas existentes en las Españas (tanto la Europea como la Americana), estaba el paso del sistema “mercantilista”, sistema que buscaba la usurpación y/o explotación de los metales preciosos de las colonias en pos de las Metrópoli, donde estas primeras eran simplemente lugares de despensa aurífera, argentífera, esmeraldífera y similares, y donde el poder era ejercido alrededor de la explotación minera; al sistema “fisiocrático”, un sistema nacido en la cúspide del siglo de Oro, cuya doctrina se basaba en la “ley natural” o Iusnaturalismo, en este orden de ideas, la importancia pasaba de los metales preciosos a los bienes de la naturaleza entre esas, la tierra, la agricultura.

El paso de la explotación minera a la agricultura se dio en las colonias, más específicamente en la Nueva Granada en un fenómeno conocido como la “colonización tardía” donde el objetivo ya era la explotación de índole agrícola y pecuario. Es bajo esta situación que los “colonos” que habitan la región del “Cantón de Marinilla”, se establecen y forman nuevos poblados como El Carmen de Viboral, Cocorná y desde luego Santa Bárbara de los Baos a la que se conoce actualmente con el nombre de Granada. Es de aclarar que esta situación no es exclusiva del “cantón de Marinilla” sino que dentro de otros Cantones también se presenta, como por ejemplo el caso de Abejorral para el Cantón de Santiago de Arma de Rionegro, Angostura para el Cantón de Santa Rosa de Osos (o San Lorenzo como se llamaba).

Si observamos la evidencia tradicional, esta es, la historia oral que se ha transmitido en cada uno de estos lugares, notamos inmediatamente diferencias en fechas fundacionales por diversos motivos, pero la situación en general, podría decirse, era la misma.

Es por esto, que no se hablaría de forma exagerada si se piensa en la existencia de Colonias desde mediados del siglo XVIII, como antesala a esta última “ola fundacional”.

La formación del nuevo Curato

La normatividad, producto de las reformas, dispone de un “protocolo” para las fundaciones, este protocolo se basa en el nombramiento de un juez poblador, edificación de una Iglesia, un censo que de fe de un determinado número de “almas” para que garantice los costos de la celebración de una fiesta patronal y un cura propio.

Podría entonces mirarse cada una de las experiencias de estos sitios y se observaría la disparidad precisamente en el momento del nombramiento del juez poblador.

En el caso que interesa aquí, es decir, en Santa Bárbara de los Baos, la fundación debió darse en el momento en que las autoridades consintieron la edificación de una Iglesia y nombraron un juez poblador, que según registros ocurrió el 12 de febrero de 1805, mediante decreto del entonces gobernador (encargado) Antonio Viana, nombrando como Juez Poblador (y alcalde pedáneo) al mismo que quizá hizo la solicitud, al Sr. Juan de Dios Gómez de Castro, quien debiera considerarse como el Verdadero fundador de lo que hoy es Granada. Documento este que debería ser considerado como el acta fundacional de este municipio.

No obstante, en la carta de Informe del Señor Cura de Marinilla, firmado en 1811, se puede leer claramente que existía “licencias para erigir Viceparroquia desde hacía 4 años”[4] dato que ubicaría en 1807 la fecha de consecución de las licencias; pero en el informe realizado por el Pbro Fermín Mexía, se puede establecer que para esa fecha (1807) ya existía “Iglecia”[5] por lo que necesariamente, la edificación tuvo que realizarse antes y por ende, sus licencias expedidas antes de la fecha comúnmente aceptada como fundación.

Y es que la historia parece no ser generosa con Juan de Dios Gómez de Castro, ya que si se pregunta a cualquiera de los habitantes o personas nacidas en Granada, poco no nada sabrían decir de él; y quizá si se les pregunta por el nombre del fundador, dirán que fue el Cura de Marinilla Dr. Jorge Ramón de Posada; es más en el municipio de Granada no hay nada que rememore el nombre de este personaje, ni una calle, ni una escuela, ni un edificio, nada para el hombre que, con su esfuerzo y dedicación, logró la erección en Viceparroquia y en Parroquia más tarde del “Citio de Santa Bárbara de los Baos”. Este hombre fue el encargado de hacer el mencionado Censo, empezó la edificación de la Iglesia que aunque pajiza, era “digna” a los ojos del Cura doctrinero de San Antonio del Peñol Dn Fermín Mexía quien fue en 1807, estuvo tres días “bautizó y dio de comulgar a más de 70 almas”[6] aunque al Sr Cura de Marinilla le pareciera indignante para la oblata[7].

Además, el mismo cura de Marinilla desmiente su intención de segregación del curato de Marinilla de los territorios necesarios para la fundación allí de una parroquia tal cual está testimoniado en el informe por él realizado el 2 de julio de 1811 donde puede leerse:

“...Señor en este
expediente, lo que debo informar a uster
en lo primero, que es muy falso el
que yo propenda, o intente la segre=
gacion del curato de Cocorna aunque
es muy cierto, que aquel citio tiene
mejores proporciones para curato que
el de los Baos:..” [8](informe del Cura de Marinilla, folio 86, tomo 48 AHA)

Aunque el curato aquí mencionado es el de Cocorná y menciona en comparación al de “los Baos”, es lógico que si uno es “peor” que el otro, y el otro no se tiene intención de ser segregado, mucho menos lo sería el primero.

Adicionalmente, el concepto que el Señor Cura de Marinilla tiene del Juez Poblador, en este caso, Juan de Dios Gómez de Castro no es buena ya que considera:

“...al alucinamiento del
dicho poblador, cuya ignorancia se co=
noce aun por sus mismas firmas..”(ibidem. AHA)

Aquí puede apreciarse un sentimiento de animadversión en contra de este personaje, auque a pesar de todo esto, la obra de don Juan de Dios no paró allí, se dispuso a tomar declaraciones de testigos y recoger la documentación necesaria para la eventual fundación. Y no le importó tampoco hacerlo durante varios años y en reiteradas ocasiones repetir lo que ya había hecho, sabía que la obra iba a ser buena y valía la pena luchar por ella. No sería entonces extraño que visitara la ciudad sede del obispo que guiaba estas tierras, la majestuosa Popayán para obtener los permisos eclesiásticos necesarios y los decretos de erección.

Ya para 1812 logra, a pesar de todas las adversidades, que se establezca la Vice parroquia dependiente de Marinilla, pero con cura residente, el Pbro don Francisco Javier Gómez y para 1817 la erección como parroquia independiente, con el P. Francisco Javier como Cura Propio.

La Cuestión del Nombre

Ahora bien, dado que la fundación del actual municipio de Granada se dio en una época (independiente de que hubiese sido en 1805 o 1807) en la que se contaba con una normatividad establecida para ello, según esta misma normatividad tuvo que establecer el nombre que adquiriría el nuevo poblado. Se sabe que se denominó “Santa Bárbara de los Baos”[9] debido a la devoción particular de Antonio Agudelo según la narración que se mencionaba más arriba y por el lugar donde se estableció el poblado que era conocido así, probablemente por lo “gris” , lo húmedo y los baos[10] (niebla) que caracterizaban al sitio. Si nos remitimos a otros datos fundacionales ocurridos por la misma época (desde 1780 hasta 1820 aproximadamente) donde se dio la fundación de Sonsón, Yarumal, San Carlos, Abejorral entre otros, notamos ciertas características que debieron aplicarse para nuestra población. Sonsón fue fundado con el nombre de “San José de Ezpeleta de Sonsón”, Yarumal con el nombre de “San Luis de Góngora de Yarumal” y fueron llamados así no porque existiesen en el Santoral de la época un “San José de Ezpeleta” o un “San Luis de Góngora” como muchos pudiesen pensar y como probablemente sucedió cuando a Granada se le nombró “Santa Barbara de Larissa” tratando de justificar y aparentar situación similar al de estos dos poblados; sino por una característica fundamental: sin contar con precisión histórica, muchos de los historiadores han establecido que el nombre de estas dos poblaciones, (Sonsón y Yarumal) se debe a que en acto de reverencia a la Familia Real se utilizaba el nombre del Santo patrón de alguno de los miembros de la familia, se honraba el nombre del Virrey de turno y al final el nombre del sitio; en el caso de Yarumal, el Santo patrón de la Reina doña Luisa de Parma sería San Luis, el Virrey era don Antonio Caballero y Góngora y el sitio ya era conocido como Yarumal por lo que se establece el nombre así: “San Luis de Góngora de Yarumal”, en el caso de Sonsón, en honor el Virrey José de Ezpeleta quien tenía como Santo patrón a San José, Ezpeleta era su apellido y Sonsón el sitio. Conforme los datos aquí mencionados, el nombres que podría haber tenido Granada conforme a la tradicional y a la normatividad hubiesen sido: “San Fernando de Amar de Baos”[11], “San Francisco de Amar de los Baos”, “San Francisco de Paula de los Baos” o “San Joaquín de Amar de los Baos”, reconociendo honor al Príncipe de Asturias, don Fernando (luego Fernando VII), al Infante Francisco de Paula o a doña Carlota Joaquina (quien casaría luego con el rey de Portugal Juan VI), San Carlos no se considera ya que existía una población con este nombre.

Una tradición oral en camino a la leyenda

Desde luego, la historia del cargador Agudelo nos llega por mera tradición oral ya que no existe evidencia certera sobre la existencia real de los personajes que intervienen en la historia. Existe la posibilidad de creer en la certeza de que algo ocurrió porque se dan nombres propios tanto de personas como de lugares, sin embargo, basados en los supuestos de que se trata de una historia transmitida de forma oral, puede considerarse la posibilidad de que los acontecimientos no ocurrieron precisamente tal cual sucedieron, sino que al pasar la historia de una boca a otra, pudo haber inconsistencias, agregados u omisiones que pudieron alterar el resultado de la comunicación que a nosotros llegó.

Podría entonces hablarse de posibles dificultades reales para creer propiamente en la historia que se nos es narrada. Sabemos la existencia del cargador, y al mismo tiempo, sabemos por evidencia histórica, el comportamiento de esta “clase”[12] de personas como agentes mas bien nómades que les correspondía cubrir un largo espacio de caminos, por lo que era muy poco probable la existencia de un lugar específico de hospedaje permanente (hogar) y por tanto, pensar que ese lugar, si existió, estuviese en las inmediaciones de la fundación que nos interesa.

Adicionalmente a lo anteriormente dicho, los caminos que comunicaban a las ciudades entre sí eran varios, si bien se sabe que por el lugar de “Las Vegas” o “citio de los Baos” pasaba un camino que comunicaba el centro de la Provincia de Antioquia con el Río Magdalena ya que allí existía un “paraje” lo más probable es que este camino no fuera el principal, ni mucho menos el más adecuado y utilizado por los viajeros para sus desplazamientos, razón por la cual, era un camino adicional dentro de una oferta de diferentes caminos que podían tomar tanto los viajeros, como los cargadores que conocían la región.

Basado en estas dudas lícitamente generadas, es muy inquietante la pregunta sobre la veracidad completa de los hechos allí narrados, no negando la posibilidad de que hubiesen sucedido tal cual se comenta.

De la edificación de una capilla a Municipio.

Al hablar de la “erección en Municipio”, tradicionalmente se habla de que, luego de la fundación en 1807, vino la “erección en Municipio” en el año de 1817. Esta por lo menos es la versión generalmente aceptada por la mayoría de Granadinos y personas que probablemente se interesen por esta pequeña porción de tierra “con pobreza franciscana, pero rica en poetas e idealistas”[13] al igual que nuestra singular nación. Sin embargo es necesario reconocer una serie de sucesos que no necesariamente tienen el carácter de “conversionalismo” o equivalencia.

Durante la época de la Colonia, aún siendo la Nueva Granada Virreinato dependiente de la Madre España, las realidades normativas eran muy distintas a las actuales: Tanto la Constitución colombiana de 1886 como de 1991 reconocen la categoría jurídica de “municipio”, pero la realidad para los dos primeros decenios del siglo XIX eran muy distinta, debido principalmente a la diferencia de Regímenes Políticos entre estas mismas Constituciones Políticas, como las diferencias de Sistemas Políticos: no es lo mismo las categorías jurídicas de una Monarquía Absoluta (como lo era España) a una democracia basada en el “Estado de Derecho” (Constitución de 1886) y en el “Estado Social de Derecho” (Constitución de 1991). Ahora, si bien pudo existir la categoría de municipio durante los primeros decenios del siglo XIX, esta categorización no necesariamente debería equivaler a la actual, como tampoco equivale a la designación utilizada en tiempos del imperio Romano, que era :”de ciudad sometida a Roma y que gozaba de todos los derechos de la ciudad romana, aunque gobernándose por sus propias leyes”[14]

Lo cierto es que, para 1817 hubo un suceso importante para esta fundación que fue la erección a Parroquia Independiente al Curato de Marinilla de la hasta allí conocida “Vice Parroquia de Santa Bárbara de los Baos”. Acto reconocido por los monógrafos de nuestro municipio como fecha ereccional a “la categoría de municipio”. Donde suponen una equivalencia entre “Parroquia con Municipio” sin tener en consideración responsabilidad alguna.

Y es que probablemente puede darse el hecho de que una Parroquia establezca un “Poblado” pero éste, aún en condiciones actuales, podría no cumplir las necesidades básicas para ser “municipio” o equivalente en la época.

Si bien es cierto que la situación social y política de la época, donde no existía ni siquiera el concepto de “Separación entre Iglesia y Estado” y donde la norma estaba regida por el llamado “Patronato Regio”, podría dar pie a una equivalencia entre la concepción civil de “municipio” y la eclesiástica de “Parroquia”, pero ésta sólo es posible si la categorización de “municipio” de la época es equivalente a la “Actual”.

El verdadero asunto de importancia no es tanto la designación “legal” que pueda tener, sino la certeza de la fundación.

El verdadero fundador: ¿Pbro Sr. Doctor Jorge Ramón de Posada o Juan de Dios Gómez de Castro?

Tradicionalmente se ha enseñado que el acto fundacional ocurrió el 31 de enero de 1807 con la celebración del Santo Sacrificio de la Misa en la Iglesia Pajiza existente en el “Citio de los Baos” o “Las Vegas” por parte del Señor Cura de Marinilla, el Presbítero Señor Doctor Don Jorge Ramón de Posada, configurándose éste como el Fundador y aceptado así por la mayoría de los habitantes del actual municipio de Granada, al punto de tener allí una calle con este nombre que ratifica esta situación, como ya se ha mencionado anteriormente.

Sin embargo, se ha visto ya que no hubo intención alguna de erigir curato (segregar) en Cocorná ni mucho menos en el Citio de los Baos ya que

“...aquel terreno, que asig=
nan para la comprencion del curato
es corto, y lo mas esteril, y minas nin=
gunas, que mucha parte de esas tier
ras estan gravadas con censos, aun
la capilla que han hecho esta cituada
en terreno ligado...” (ibidem, AHA)

Según esto, “Los Baos” no merecían la categorización de Curato a pesar de las licencias existentes para la construcción allí de una “Iglesia”, y efectivamente no quería ninguna fundación allí. No se pone en duda el acto de la Celebración de la Misa, ya que como Cura Propio de Marinilla, y siendo “Los Baos” de su Jurisdicción, éste estaba obligado a la “cura de almas y dispensa de sacramentos” en toda su jurisdicción incluyendo el territorio que ocupa hoy Granada; lo que se pone en duda, es que este sea “Acto fundacional” o por lo menos “bendición de la labor emprendida en pos de una fundación” sino un simple acto conforme a sus obligaciones, tal cual lo expone él mismo en su carta:

“...es muy co=
mun el que haya, que irlos administrar
en sus sacramentos, lo que hago en cum=
plimiento de mi obligación, y por eso
para que esten mejor asistidos, pues
desde que soy cura de esta parroquia
he propendido a tener coadjurones (coadjuntores) que
me ayuden, que son tan precisos como
la obligacion, y siendo los Baos una
parte de esto, aun cuando no havia ca=
minos, que ya los hay, siempre he=
mos concurrido con la mayor efica=
cia a socorrerlos siendo por lo comun
el tiempo; que se gasta de ir por la
mañana y volver por la tarde a
esta villa...” (Ibidem)

Claro que para los ilustres Granadinos que enseñaron esto, tuvieron sus razones para hacerlo que no son motivo aquí de juzgamiento sino de mera información. Se podría pensar, que lo que ha venido enseñando, tuvo sus orígenes en la Celebración del Centenario en 1907, época donde el periodo de la colonización antioqueña no había concluido, y Granada, como se le llamaba ya, como fundadora de pueblos, debería tener una historia ilustre. Tal cual hermanos de El Santuario y El Carmen de Viboral (lugar este efectivamente fundado por D. Jorge Ramón de Posada) se debería considerar y establecer vínculos por este medio, por lo que se recurrió a la afirmación de que compartíamos fundador con nuestros hermanos orientales.

Además, es fácil entender que es mucho mas “ilustre” mencionar como fundador a un Sacerdote, Doctor y miembro de diferentes Entidades de Gobierno, adicionándole a esto que se trataba del “cura Propio” es decir, “perpetuo” y dueño de las posesiones de su Parroquia, incluyendo los diezmos por lo que ostentaría una no despreciable posición económica y Social que decir que el fundador es un pobre Campesino “ignorante” (Tratado así por el primero) como lo fue Juan de Dios Gómez de Castro.

Además, al observar el primer censo realizado puede leerse:

“Padrón general, que expre
Sa con distinción de clase y serios de los
Vecinos de este citio de Baos, y sus
Contornos de esta mi fundación que
Yo el jues fundador de dicho citio don
Juan de Dios Gomes mando firmar” (AHA. Tomo 48, folio 48)

Nótese inmediatamente el adjetivo FUNDADOR, dónde él mismo se reconoce como tal y reconoce al sitio como “su Fundación”; prueba fehaciente de que ya desde el principio, el fundador del lugar y el encargado legal era don Juan de Dios Gómez de Castro.

Pero no hay que desconocer que tampoco se trataba de cualquier campesino raso, ya que firmaba y sabía leer y no se pone en duda su linaje, probablemente hijo de uno de los hermanos Gómez de Castro a quienes les fueron dadas gran cantidad de Tierras en 1720 en lo que hoy ocupa Santuario, Granada y Cocorná y quienes se consideran fundadores de El Santuario.

Pero los anales de la historia, impresas en las vetustas hojas de un archivo, tienen la autoridad de desmentir lo que hasta entonces se nos ha comunicado por leyenda.

Conclusiones

No se pretende con este pequeño escrito reescribir la historia, simplemente es un pensamiento veloz e insignificante de un ignorante interesado y apasionado por la historia, lo que se pretende es generar un sano debate académico y acabar con la parsimonia característica en estos asuntos tan especiales para los “desocupados” que se preocupan por los aconteceres históricos, es un buen ejercicio que puede ser estudiado y debatido por lo menos por los miembros del Centro de Historia Juan de Dios Gómez de Castro de Granada, donde se pueda observar con ojos críticos y científicos una realidad histórica que nos tocó y que recibimos de nuestros antepasados, un pueblo como Granada, Grande altivo y fuerte como el ave Fénix, no en vano, fuimos catalogados una vez como “Atenas de Antioquia”, que esto sirva entonces como un entremés o abrebocas para un estudio concienzudo y adecuado de la historia de Granada, o como antes se llamó: “Santa Bárbara de los Baos”

Referencias

· Bayle, Constantino S.I. Los cabildos seculares en la América Española. Sapientia Ediciones, Madrid 1952.

· Carta del Dr. Jorge Ramón de Posada en julio de 1811. Folio 86. tomo 48, Archivo Histórico de Antioquia.

· Censo elaborado por Juan de Dios Gómez de Castro en 1813, folios 48-77 tomo 48. Archivo Histórico de Antioquia.

· Certificación del Pbro Fermín Mexía del 16 de marzo de 1811, folios 44-46, tomo 48 Archivo Histórico de Antioquia.

· Hernández de Alba, Gonzalo. La presencia Hispánica en América. Capítulo de libro. Pag 483-497

· Larousse, Diccionario Enciclopédico, Definición de Municipio.

· Restrepo Jaramillo, Gonzalo. Pensamiento Conservador. 1936

______________________________________
[1] Miembro de Número del Centro de Historia Juan de Dios Gómez de Castro de Granada-Antioquia
[2] Escritura habitual en la época de principios del siglo XIX.
[3] Designación propia de todos los documentos oficiales de la época.
[4] Informe del Cura de Marinilla, folio 86, tomo 48 Archivo Histórico de Antioquia
[5] Certificación del Pbro Fermín Mexía del 16 de marzo de 1811, folios 44-46, tomo 48 Archivo Histórico de Antioquia
[6] Ibidem.
[7] Carta del Dr. Jorge Ramón de Posada en julio de 1811. Folio 86. tomo 48, Archivo Histórico de Antioquia.
[8] Ortografía propia de la época y trascrito tal cual aparece en original.
[9] Tal cual aparece en los documentos oficiales que reposan en el Archivo Histórico de Antioquia.
[10] Muy diferente a la notación conocida por todos con “v” y “h” intermedia “Vahos”, relacionada con un apellido.
[11] Aunque ya existía una población con este nombre: San Fernando de Borbón, en el suroeste de Antioquia, en el sitio llamado Valle de las Peras, hoy Amagá.
[12] No se da aquí relación a lo que posiblemente puede denotarse como “clase social”
[13] Restrepo Jaramillo, Gonzalo. Pensamiento Conservador. 1936
[14] Larousse, Diccionario Enciclopédico, Definición de Municipio.

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