martes, 26 de octubre de 2010

GENÉSIS DE LA ANTIOQUEÑIDAD


por
DIEGO VILLEGAS VILLEGAS



Estoy adelantado un estudio que lleva por nombre Génesis de la Antioqueñidad, en la cual hago un análisis de las familias de origen español asentadas en el Oriente Antioqueño, en los Valles de San Nicolás y Llano Grande, que dieron origen a lo que hoy conocemos como el pueblo Antioqueño.

Para 1549 el capitán Francisco Núñez Pedroso con un grupo llegados del Peru huyendo de la guerra de civil entre los partidarios de Pizarro y Alvarado, conocidos con el nombre de los Peruleros, se asentaron en los valles de San Nicolás, pero no existe información alguna sobre que hallan originado familias.

En 1560 llega procedente de la recién fundada Neiva, el capitán Francisco Martínez de Ospina quien supo de las minas de Remedios, y recogió en esta región gran cantidad de indios con los cuales se fue a laborar dichas minas.

El primer documento al respecto adjudicar de tierras en el Oriente, este firmado el 20 de octubre de 1580 por Sancho García del Espinal, cediéndole a Don Juan Daza, dos estancias la una de pan comer y la otra para ganados y que en la parte el lugar que con mas comodidades la podía haber una en los Valles de Aburra por encima de estancias que ahi tiene el Gobernador Rodas, en la otras en las sabanas de Rionegro cada una de las cuales tuviese una legua de cuadro¨. Don Juan Daza bien que estuvo casado no figura con Descendencia.

Es únicamente para 1640 un capitán de Jaramillo llega con un grupo de mineros salidos de la ciudad de Antioquia y quienes se habían instalan inicialmente en la recién fundada ciudad de remedios, de donde un grupo se traslada a los valles de San Nicolás siendo según mi estudio el primer grupo de Españoles que parece con sus familias se asientan en el oriente Antioqueño.

He podido encontrar únicamente sus apellidos que son Jaramillo, Ruiz, García de Ordaz, Mejia de Tobar, Guerra Peláez, Serna Palacios, Zapata, Gómez de Múnera, Beltrán del Castillo, Gómez de Salazar y Río de Aldana.

El 17 de octubre de 1656 el Obispo de Popayán Don Vasco Jacinto Contreras Laverde, erigió las parroquias de Aná, la Tasajera, los Osos y Guarne. Esta Parroquia comprendía desde el sitio principal de las minas de Guarne y Llano de Ovejas y de los Valles de San Nicolás de Rionegro hasta Ceja de la Montaña.

Para 1700 llega una nueva oleada de Colonos Españoles procedentes de la Montañas de Burgos y del País Vascos, que considero es la raíz del pueblo antioqueño y de los cuales si tengo estudios Genealógicos bastantes completos, encontramos los siguientes: Arbeláez, Aranzazu, Bravo, Córdoba, Elejalde, Marulanda, Escalante y Villegas de Córdoba, y otros más y para 1786 llega un nueva grupo de Colonos en especial procedentes de Mariquita: los Duque de Estrada , Jiménez, Giraldo, Morenos, Hoyos, Pineda y Castro.

En 1770 el Virrey Caballero y Góngora ordena al Gobernador de la Provincia levantar un Padrón de los vecinos asentados en los Valles de San Nicolás, Llano Grande y la Mosca, Padrón que es levantado por Alonso Elías Jaramillo, capitán de guerra y justicia, con jurisdicción ordinaria en Llano Grande, Rionegro y Marinilla de la Provincia de Antioquia.

Dicho documento reza de de la siguiente manera:

Ante mí Francisco Antonio Gutiérrez Escribano Público del número, Don Alonso Elías Jaramillo, Capitán de guerra Mayor con jurisdicción Ordinaria de éstos 3 valles: de Rionegro, Llanogrande y Marinilla, de la Provincia de Antioquia y en ellos Administrador de la Real hacienda interino y su jurisdicción por el Rey Nuestro señor, certifico: en la manera que puedo y por derecho a los seres y demás personas que la presente vieron que tengo a la vista la lista que por el escrito de la fecha antecedente ha presentado el señor Cura Vicario de estos valles, como operado del vecindario de ellos, y me consta que los 9 primeros sujetos son del Estado Eclesiástico: clérigos y presbíteros, inclusive el mismo señor Vicario, domiciliados todos de estos dichos valles; los 15 segundos sujetos inclusive mi persona, son en lo presente jueces y militares según están denominados y los 187 restantes de particulares, así estos como aquellos por el conocimiento práctico que tengo de estos valles, me constan que todos son por su calidad de la primera clase, sin la menor causa en contrario y por consiguiente todos aptos, hábiles y capaces para obtener en lo presente los oficios Concejales de República, como lo que unos los han obtenido y los otros que no ha llegado el caso de obtenerlos, los han obtenido sus padres y antepasados; y los números de los quince empleados entre los jueces y militares, unidos al de los ciento ochenta y siete componen doscientos y dos sujetos y de estos los treinta y tres que están anotados con esta cifra X, al margen son de caudal conocido, en unos más abundante que otros y en el número del residuo, hay muchos de medianas conveniencias, y todos en general con aplicación a buscar y trabajar y DEMAS DE ESTE NUMERO HAY MUCHOS HIJOS Y DESCENDIENTES QUE ESTAN EN ESTA INFANCIA Y PUERICIA, EN LO FUTURO POR EL ORDEN REGULAR VENDRAN A SER LO MISMO QUE LOS PRESENTES Y APTITUD PARA SOSTENER LOS MISMOS EMPLEOS DE REPUBLICA Y TAMIBEN PARA EL LUSTRE DE ESTA HAY ALGUNOS CURSANDO ESTUDIOS CON DESIGNIOS DE ORDENARSE. Todo lo cual así lo certifico, y para que conste donde convenga en virtud de lo pedido y mandado doy la presente y firmo en Rionegro a diecinueve de noviembre de mil setecientos ochenta y un años, firmada y refrendada del infrascrito Escribano Público del número. Fui presente Francisco Antonio Gutiérrez, Escribano Público del Número.

Lista:

De los vecinos de primera clase de que se compone este valle de Rionegro y el de Llanogrande, Provincia de Antioquia, aptos para obtener los oficios Concejales de Republica, unos por sus cualidades y caudales y otros por sus cualidades, y es como sigue a saber;

Clérigos:

Primeramente el señor Cura y Vicario, Dr. Don José Joaquín González.

El señor juez y diezmos Dr. Dn José Pablo de Villa

El Dr. Don José Antonio Ruiz

El Dr. Don José Marcos de Ariza

El Dr. Don José Miguel de Montoya

El Dr. Don José Félix de Mejía

El Padre Don José Ignacio de Santa Maria

El Padre Don José Miguel de la Calle

X Sargento Mayor Dn Juan Martín Bernal

X El Maestre de Campo Dn Felipe Villegas

X El Comisario de la Caballería Dn Ignacio Mejia

X El Capitán de Infantería Española Dn Juan de Marulanda

X Dn Francisco Moyano

X El Capitán Dn Lorenzo de Castrillón

X El Alférez Dn Ventura de Arbeláez

X El Teniente Capitán Dn Ignacio

Don José Joaquín Londoño y Ossa

Don Manuel José Jaramillo y Ossa

Don Miguel Marulanda

Don Francisco de Molina

Don Antonio Jiménez

Don Ignacio de Molina

Don Sebastián Jiménez

Don Nicolás de Molina

El Dr. Dn José María Montoya

Dn Juan José Benjumea

Don José María Benjumea

El Dr. Juan Manuel Bernal

Don Antonio Benjumea

Don Juan de Dios Morales

Don José Silvestre Restrepo

Don Carlos José Morales

Don Diego de Ossa

Don Joaquín Bernal

Don Joaquín Mejía Velásquez

X Don José Antonio Llano

Don Antonio Restrepo

Don José Antonio Villegas

Don Joaquín Restrepo y Palacio

Don Manuel Villegas

Don Félix Restrepo y Palacio

Don Juan José Villegas

Don Pedro Botero

Don Francisco de Rivera

Don Salvador Montoya

Don Damacio González

Don Jerónimo Montoya

Don Ignacio González Bejumea

Don Mateo de Castrillón

Don Nicolás de Rabéales

Don Ignacio Peláez

Don Florencio Baena

Don Vicente de Arbeláez

Don José Antonio Tobón

Don Pedro Villegas

Don José González Porras

Don Juan José Villegas

Don Francisco Campuzano

Don Fermín Villegas

Don Francisco González

Don José Antonio González

X Don Nicolás Gutiérrez

Dn José Ignacio González

Don Antonio Ángel de Prado

Don José Antonio Echeverri

Don Ignacio Villegas

Don José Antonio Echeverri Peláez

Don Francisco Palacio Peláez

Don Vicente Medina

Don Luis Antonio Restrepo

Don Juan Medina

Don Felipe Echeverri

Don J ose Maria Restrepo

Don Francisco Uribe

Don Jaime Dávila Don Pablo Uribe

Don Juan José Botero

Don José Antonio Uribe

Don Rafael Botero

Don Pablo Restrepo

Don Juan de los Santos Tobón

Don Pablo Restrepo

Don Fermín Echeverri

Don José Santiago Mejía

Don Juan José Carvajal

Don Blas Montoya

Don Ignacio Ramos

Don Vicente Montoya

Don Antonio Palacio

Don Cristóbal Montoya

Don Carlos Palacio

Don Agustín Montoya

Don Alejandro Palacio

Don José Echeverri Betancur

Don Francisco Palacio

Don Felipe Tobón

Don José Restrepo

Don Pedro Tobón

Don Agustín Gallo

Don Vicente Tobón

Don Felipe Restrepo

Don Ignacio Tobón

Don Melchor Botero

Don Joaquín Echeverri

Don Carlos Baena

Don Bernardo Franco

X Don Carlos Londoño

Don Juan Bautista Franco

Don Antonio Londoño

Don Juan Franco

Don Joaquín de Arbeláez

Don Vicente Franco

Don Domingo de Arbel

Don Juan Antonio Franco

Don Ignacio de Arbeláez

Don Cornelio Echeverri

Don Manuel Mejía Montoya

Don Joaquín Gaviria

Don Matías Arias Bueno

Don Manuel de Montoya

Don Carlos Ignacio de Arias

Don Juan Francisco González

Don Agustín de Hinestroza

Don Lucas Correa

Don Juan Ángel de Hinestroza

Don Andrés de Henao

Don Ignacio de Henao Arias

Don Bernardino de Henao

Don Juan Antonio de Henao Arias

Don Nicolás de Henao

Don Pablo de Henao Arias

Don Ignacio de Henao

Don Juan Miguel de Tejada

Don Domingo de los Ríos

Don Gregorio Martines

Don Bautista Salazar

Don Carlos Martínez

Don José Antonio Salazar

Don Manuel Tobón

Don Javier Montoya

Don Joaquín de Henao

Don Joaquín Tobón

Don Juan Antonio de Henao

Don Vicente Fernández de Córdoba

Don José Antonio Botero

Don José Antonio Delgado

Don Pedro Echeverri

Don Simón de Estrada

Don Antonio Tejada

Don Pedro Carvajal

Don Nicolás Montoya

Don Domingo Correa

Don José Peláez

Como podemos ver por el documento anteriormente escrito, en 1775 existían ya en Rionegro todos los troncos de las principales familias que hicieron a Antioquia. Por orden alfabético dichos apellidos son los siguientes:

Ariza, Arbeláez, Ángel del Prado, Arias, Bernal, Batista, Benjumea, Botero, Betancur, Baenz, Castrillón Carvajal, Correa, De Villa, De la Calle de los Ríos, Dávila, Delgado, Escalante, Echeverri, Estibañez, Franco, Fernández de Córdoba, Gutiérrez, Gómez, González, Gaviria, Gallo, Henao, Hinestroza, Isaza, Jaramillo, Jiménez de Restrepo, Lujan, Londoño, Londoño y Ossa, Llano, Montoya, Mejía, Marulanda, Moyano, Martínez, Medina, Ossa, Peláez, Palacios Ramos, Porras, Rivera, Restrepo, Restrepo y Vélez, Ruiz, Santamaría, Tobón, Tejada, Uribe, Villegas, Vallejo, Villa, Vélez.

De estas familias he hecho un estudio una por una de su origen de España, estudio con la valiosa colaboración de Iván Restrepo Jaramillo.

Diego Villegas Villegas

lunes, 16 de agosto de 2010

HISTORIA DE GRANADA

Raúl Vélez
Politólogo



Para empezar a desglosar la historia, hay que entablar una tertulia concienzuda con la bibliografía que circulan en los archivos que enmarcan la existencia legal de algún acontecimiento o evento que pueda trascender y cambiar el rumbo del destino de los elementos sociales o políticos. Por eso contemplar la posibilidad de descubrir la historia de Granada es un hecho que puede generar polémica, intentar deducir la verdad cronológica de nuestra procedencia puede cambiar el orden intrínsico de nuestra lógica como pueblo ya constituido; pero es importante contemplar una revisión a nuestra historia para poder descubrir la identidad racional de un pueblo que ha vivido con una genealogía que puede mentir en cuanto su nacimiento.



Es por eso que se necesita reformar nuestro pasado, intentar revivir los conceptos que han quedado vagos y que no se han aclarado, como la llegada a los predios de Vahos los primeros pobladores, la institución de la primera junta de desarrollo, la creación de la primera capilla, el surgimiento del nuevo pueblo. Todo esto esta en un limbo teórico que puede reformar en cierta medida todo el marco histórico que tenemos. Lo que se celebró el 31 de enero de 1807 fue la primera misa, más no la construcción de un espacio urbano que se podría haber catalogado como caserío, es por eso se necesita hacer una verdadera historiología de lo que es Granada como un pueblo que tiene dos centenarios, puede tener más, o en términos jurídicos puede tener menos. Hay que hacer un verdadero cronograma de hechos que trascienden el tiempo, como la consagración de curato, o la llegada del primer sacerdote, que para la tradición del pueblo es sumamente importante, porque de ahí es donde sale todo ese cuento magnifico de granada con 200 años de edad.



La historia es partera de nuestro futuro, es un elemento que hace que las cosas tengan sentido, es la que nos muestra como una constitución cuerda, seria y real. Entablar una historia desde la tradición oral puede ser nocivo para nuestros intereses como pueblo, todo elemento que sea respetable o que tenga un sentido de lógica social tienen que tener historia, pero una historia real, que pueda ser corroborada por las instancias superiores, por el mismo tiempo. En la historia oficial del pueblo quedan omitidos personas ilustres que fomentaron la creación formal del pueblo. Construir una literatura conforme a la tradición, si son 200 años debería ser un libro más que costumbrista, un libro que pueda ser leído y que sea acorde en la consuetudinaria remesa de los adoquines Antioqueños, que sea un libro erudito, con un piso teórico firme y que tenga una conciente pedagogía reconstructiva de la historia.



Lo que se puede saber del pueblo se resume en unos pocos renglones, inclusive la historia oficial que presenta el Municipio es muy poca para tantos años que tiene, es que la historia es más que el surgimiento de un mundo, es la coherente aglutinación de momentos que han dado una continuidad formal de ese espacio llamado sociedad, que han engendrado un lugar urbano donde subsisten como tal.



El respetar el pasado, es restituir un paradigma complejo que forma un debate entre la historia y la costumbre. La costumbre es parte de la historia, pero la historia es la que nos muestra la realidad práctica de lo que sucedió. Por necesidad es prudente conseguir un escenario donde este debate entre la historia y la costumbre de por resultado una objetividad de términos que introduzca la únicas circunstancias del nacimiento de Granada. Para eso se necesita un conjunto de ideas y de conceptos que puedan organizar la informalidad de la historia que circunda a Granada. Lo que se conoce está en las destrezas y elementos que se entienden como lo que sucedió para que surgiera el pueblo.



No quiere decir que la historia que se conoce actualmente de Granada es falsa, sino que sustenta muy ínfimamente la construcción de la Granada que conocemos actualmente; arqueológicamente es difícil conocer los ayuntamientos y edificios públicos que sirvieron como base para constituir el urbanismo típico del pueblo, edificios como el cementerio, la primera capilla que no estaba donde esta el actual templo filial, o un emblema donde se retome la veracidad de la primera casa construida en Vahos. Para eso esta el debate de la historia de Granada, porque no tenemos la dicha de entrometernos en el pasado, no hemos deducido con claridad el oscurantismo anacrónico que estamos, en claridad todavía no sabemos con claridad el certificado de nacimiento de Granada, tenemos lagunas de lo que es la historia de Granada.



Desde mi punto de vista, no creo en la historia que conocemos de Granada, me parece muy fútil, no abarca todo el verdadero y caótico proceso de la creación de un pueblo, y el nacimiento de uno no es cuando lo bautizan . En especial un pueblo nace cuando ya hay una sociedad consolidada, donde hay discusiones de intereses y cuando se unen para un bien común, mejor dicho, un pueblo nace cuando ya se conoce la diversidad que existe en sus entrañas.



Por eso se necesita con urgencia rescribir la historia de Granada, no cambiarla, pero si modificar ese sedentarismo investigativo que tenemos de nuestra vida como pueblo.



Mi historia de Granada empieza así:



En una época remota, donde apenas la cronología estaba a disposición del rey de España y del nuevo Mundo, y del Santo Papa, una época donde la historia nos dice que era la primera década del siglo XIX, estaba un terreno en el oriente del Estado soberano de Antioquia habitado por unos ilustres campesinos con sed de emancipación política y de soberanía territorial. Un terreno lleno de espacios escarpados, vericuetos desnudos por las tierras y la lluvia concurrente en un clima frío; allí en el oriente, justo donde nace el sol en el horizonte, esta la cuna y el nacimiento de un mundo que todavía no ha sido descubierto del todo, Granada Antioquia, Capital del Mundo, al menos para mis paisanos y para los que han pasado por ahí y se han dejado seducir por el clima de paz y de fraternidad que se respira por allá.



Era un tal Don Jorge Ramón de Posada, cura de San José de Marinilla, que la jurisdicción de él pasaba por esos terrenos, donde unas familias intentaban sobrevivir conforme la naturaleza les colaboraba, antes de que se celebrara la primera misa, por allá entrada la década, como en 1807 que la celebró este mismo Señor cura. Un señor llamado Juan de Dios Gómez hacía ya rato que estaba intentado hacer gestiones para poder contemplar la posibilidad que ese terreno escarbado, un caserío, sea visto con ojos más consecuentes por medio de las autoridades territoriales para que tenga más autoridad administrativa, o sea para que ese manojo de ranchos y tugurios al menos sea llamado curato, pero el dueño de eso decía que no valía la pena, que era una vereda de viejitos, que ni capilla decente tenían. Pero no, este Juan de Dios insistió tanto, que los poquitos personajes que habitaban este espacio construyeron una capillita en honor creo que era a Santa Bárbara de Lariza, porque había ayudado a un compadre de él llamado Antonio Agudelo a tener un buen morir, porque se había enfermado en un viaje que él había hecho al Magdalena. Entonces intentó hacer un censo para que fueran desmentidas las palabras del señor cura, y así fue, hicieron una contabilidad de las personas que estaban ahí, y en total contaron más de 100 incluyendo hijos, esclavos y sirvientes, porque eran importantes los que hospedaban ese territorio que hasta súbditos tenían. Pero nada que salía ese cuento, nada que daban la estocada final desde la capital política de ese entonces, que no era Bogotá, ni Medellín, por ahí leí que era dizque de Madrid, desde el mismo escritorio del Rey Carlos. Ya habían pasado más de 7 años desde entonces, o sea eran más o menos 1814 cuando por fin apareció el decreto real, Vahos fue consagrado curato, mandaron a un curita para que les celebrara misa diaria, y llegó el Presbítero Francisco Javier Gómez.



Historia oficial de Granda.

El territorio del oriente antioqueño, donde hoy está localizada Granada, fue descubierto durante el período de la conquista entre 1540 y 1560. El primero en llegar allí, fue Francisco Núñez Pedrozo; posteriormente arribaron Fernando de Loyola, Diego de Carvajal y Francisco Martínez de Ospina; creándose entre ellos disputas por el territorio recién incorporado a los dominios de la corona española. Elemento común en la conquista, peleas por territorios, por poder latifundista, pero la historia es posterior a la conquista, pero mencionarla desde la prehistoria es difícil pero ideal...



Granada fue fundada en territorio de la jurisdicción de Marinilla, de propiedad de Don Diego Muñoz de Bonilla y su esposa María de Alarcón, los que luego por herencia quedaron en poder de Doña Sabina Muñoz de Bonilla. Hacia 1790 tenía un alcalde pedáneo (autoridad de un pequeño núcleo de población, pedanía, dependiente de otro municipio o cabildo), dependiente del cabildo de Marinilla. Ya tenía una autoridad, no autónoma pero ya existían personas que intentaban hacer sociedad



En los albores del siglo XIX, vecinos de Marinilla y El Santuario, viajaron a la zona de Vahos, hoy Granada, para establecer dehesas de ganado agrupándose cerca al río San Matías. En noviembre de 1804 el Señor Juan de Dios Gómez Castro, pidió autorización a Don Víctor de Salcedo, gobernador de la provincia, para construir una capilla en el paraje Las Vegas en una hacienda de su propiedad, cerca al riachuelo de Santa Bárbara, autorización que fue concedida por el gobernador Antonio Viana, por decreto del 20 de febrero de 1805, con licencia del Obispo de Popayán, Doctor Salvador Jiménez. Dos años más tarde la obra casi concluida fue bendecida por el Señor Cura Párroco de San José de Marinilla, Jorge Ramón de Posada, el 31 de enero de 1807. Es decir que antes de la fecha que se pregona como la fecha de fundación de Granda ya estaba constituido un verdadero contraste de intereses. Hay que averiguar minuciosamente este hecho, que es importante para poder consolidarse como una historia. Creo que antes del siglo XIX a finales del siglo XVIII ya estaba el pueblo constituido. Y no era solo un paraje de piara de animales bovinos de la zona



En 1814 los colonos, residentes en el paraje de Las Vegas, decidieron trasladar la capilla de dicho sitio, hacia el lugar que hoy ocupa, denominado Vahos, que era propiedad de José Salvador de la Serna, quien fue designado juez poblador. El nuevo caserío tomó el nombre de Santa Bárbara de Lariza hasta 1903 cuando fue reconocida como Granada, por medio de la ordenanza expedida por la Asamblea Legislativa de Antioquia. Un cambio urbano imperante que apenas quedó como una fecha, es irónico que de parte de ahí se consolidó la verdadera ralea de hijos del pueblo, desde esas fechas. Y a principios del siglo XX se estaba proclamando una expansión de Granada. Hay que ver hasta donde pedían los señores que hicieron los tramites el paraje Geográfico del pueblo, debe estar en algún lado, todo el decreto legislativo por el cual se consolida a Granada como tal.



El cargo del primer alcalde lo desempeñó Don Juan de Dios Gómez Castro.



En 1812 se decretó la creación de la parroquia que agrupara a los 834 habitantes, pero por las guerras de independencia, esto no fue posible hasta 1818. El Doctor Jorge Ramón de Posada, fue el coadjutor de esa nueva parroquia hasta el nombramiento del presbítero Francisco Javier Gómez.



Granada estuvo hasta mediados del siglo XIX bajo la tutela administrativa y eclesiástica de Marinilla; pero con las guerras civiles y los cambios políticos, las divisiones político - administrativas variaron constantemente. Esto es importante recalcarlo, Granada todavía no tenía una autonomía coherente. Hay que ver lo que se está buscando, si la fundación del pueblo como tal, o la consagración real y legal del pueblo



En 1967 el corregimiento de Santa Ana se erigió como parroquia, siendo su primer Párroco el Presbítero Rodolfo Salazar Z.



Esta es la historia encontrada en la Internet, ciertamente me parece muy parsimoniosa, pues muestra trivialmente lo que es de importancia sublime de la estabilidad de nuestra historia. Se puede interpretar de varias formas, se puede modificar según los lapos de tiempo desconocidos que se encuentran ahí.



Para evitar malentendidos y una destrucción evidente de nuestra historia considero que recuperar parte de esta, inducir a una investigación seria.



Concretar la historia de Granada, tiene ciertas brechas. La primera: la religión es la que ha generado la historia de Granada, que a convertido conceptos trascendentes de la antropológica a elementos superficiales de la historia, como la misma diversidad, la densidad y la demografía que había épocas pasadas en el pueblo. Segundo: el supuesto en el que manejamos la historia de Granada, no considero con suficiente profundidad el hecho teórico que tenemos como la epopeya del pueblo. Tercero: la veracidad o la misma manipulación que pudo tener la evolución social del pueblo. Los emblemas, los actos y los personajes son utilizados como antagonistas de la realidad que se tuvo en el ciclo circunstancial de nuestra historia. Cuarto: Creo que la coyuntura política que había en la época es supremamente importante, en especial en el oriente Antioqueño, y Granada tiene una participación superflua en este y el papel del pueblo ha sido muy limitado.

lunes, 9 de agosto de 2010

EL ORIENTE ANTIOQUEÑO Y LA INDEPENDENCIA

EL ORIENTE ANTIOQUEÑO Y LA INDEPENDENCIA


La situación calmada de la provincia de Antioquia y especialmente de Marinilla cambio repentinamente con la independencia, y al servicio de esta causa puso el cura de dicha población, el doctor posada su fortuna, su influjo y las energías patrióticas del pueblo. Cuando se supo el movimiento de independencia ocurrido en Bogotá el 20 de Julio, los ayuntamientos en las 4 grandes poblaciones de la provincia antioqueña lo secundaron, y Marinilla escogió el mas distinguido de sus hombres el Doctor Posada.


Desde entonces el cantón de Marinilla abrazo con entusiasmo y por convencimiento la causa común de los pueblos, sin fluctuar entre los peligros y las borrascas. Las contribuciones de toda clase aunque excesivas eran pagadas con generosa prontitud; los contingentes de hombre que se pedían para el servicio de las armas se llenaban sin tardanza, porque casi todos se presentaban voluntarios a trocar la azada, el hacha, y la hoz por la lanza, la espada y el fusil.

(presbítero Gabriel María Gómez, Militar de la Independencia)

EL 24 DE AGOSTO DE 1811 fue proclamada en Marinilla la independencia en solemne ceremonia presidida por el sub presidente Don Nicolás de Hoyos firmada por los miembros del cabildo, el sindico, el alcalde ordinario de 1º y 2º denominaciones, los presbíteros Jorge Ramón de Posada, Francisco Javier Gómez, Ramón Gómez y el Doctor Joaquín de Hoyos.
 
Lista negra de patriotas del oriente antioqueño


Año de 1811



Jueces pedáneos o de partido

Del Carmen: Salvador Jaramillo, Del Santuario: Ignacio Gómez, De Pozo: Ramón Arcila, De Vahos :Teodoro de la Serna, De Cocorná: Martín Gallego, de Canoas: Gregorio Garro, de San Carlos : José Antonio Duque.

Jueces pobladores

De Cocorná: Nicolás Ramírez, de Vahos: Juan de Dios Gómez de Castro y de Canoas: Félix Garro.
 
Lista negra de patriotas del oriente antioqueño


Año de 1812



Jueces Partidarios

Del Carmen: Francisco Miguel Gómez, del Santuario : Dámaso Duque, de San Carlos: Francisco Salazar, de Vahos : Faustino Giraldo, de Canoas: Benito Salazar, de Cocorná: Manuel Jiménez.

1810 no es el año donde todo se resuelve, este fue un proceso lento y doloroso, en el que se vivieron numerosas batallas y que duró varios años en la búsqueda de una identidad para fundar las naciones, para hacer uso de la libertad con los derechos plenos de los ciudadanos.


(Juan Luis Mejía)

“La historia es, ante todo la memoria que van dejando las generaciones a través del tiempo. Los hechos que se van acumulando en una memoria colectiva configuran al historia de las naciones. No puede existir el concepto de nación sin esta memoria del pasado. Cuando los pueblos se empeñan de ponerse de espaldas a su historia, o la ignoran, o lo que es mas grave la eliminan o la tergiversan en los programas de educación, se están dando los pasos que conducirán indefectiblemente, a la disolución de una sociedad organizada con conciencia de continuidad.”


Armando Rojas Gil.

Por Mario Gómez A.

Antecedentes de una Independencia

Las Revoluciones Burguesas
Se entiende revoluciones burguesas como el cambio de Sistema o Modo de Producción, en el cual se dejan atrás las estructuras del Antiguo, en este caso, el Feudal, y se establece uno nuevo, con nuevos factores de producción y clases sociales. El término Burgués se refiere a los habitantes del Burgo (Ciudad en la edad Media) que tomaron el poder a favor del Nuevo Modo de Producción con un nuevo factor llamado Capital, de donde se le designa Capitalismo.


Revolución Inglesa o “Gloriosa” (1666-1688)
 
La primera de estas revoluciones, se dio en Inglaterra en el siglo XVI, cuando se generó una Guerra Civil entre la Monarquía y el Parlamento, los resultados fueron: Instauración de la República durante 20 años con Oliver Cromwell y su hijo, además de la redacción de la “Declaración de Derechos”.


Nacimiento del Estado Nación moderno.

Establecimiento de la Monarquía Constitucional Inglesa (que aún Perdura.)

Revolución Norteamericana (1776-1782)

Luego de los episodios en la Metropoli, los Colonos ingleses de norteamérica, hicieron lo suyo al establecimiento de un nuevo sentido de Estado, rechazar la soberanía del monarca constitucional inglés y establecimiento de un nuevo Estado, de tinte Presidencialista y Republicano a semejanza de los Países Bajos que adquirieron este modo de Gobierno luego de la independencia de España.


Redacción de la Constitución.

Sistema Presidencialista.

División de Poderes en Ramas.

Revolución Francesa (1789-1792)

Al igual que en los dos casos Anteriores, la Revolución Francesa también es clasificada como “burguesa”, pero a diferencia de las anteriores, esta fue más radical, en procedimientos e ideas, al punto de establecer una nueva era y borrar el calendario Julio-Gregoriano y establecer uno “revolucionario”. Luego del llamado siglo de las luces, y la época del Renacimiento; las relaciones sociales y económicas estaban cambiando. El Antiguo Stablesment está atrofiado y necesita renovarse. Inglaterra pudo sobrevivir al crear la figura de “Monarquía Constitucional”, en cambio, en Francia no cabían las “monarquías Absolutistas”.

Los Resultados de esta revolución son:


Redacción de la Declaración de los derechos del hombre.

Derrumbe de la Monarquía

Establecimiento de la República.

Redacción de una Constitución.

Establecimiento real de las ramas de Poder Público: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

A mediano plazo, permitió el surgimiento del Imperio Napoleonico.

Situaciones mundiales al 20 de julio de 1810

Acontecimientos históricos que hicieron posible la redacción del Acta de Independencia.


Imperio Napoleónico

Napoleón luego de acceder al Trono del Imperio Francés, estableció una serie de Campañas Militares en Europa, entre ellas y dada su expresión de que “Africa empezaba en los Pirineos” y reconociendo la importancia de América, donde Francia tuvo territorio que fueron vendidos a la joven nación Norteamericana, y sabiendo que teniendo el control de la Metropoli (España), tenía control de la mayor parte del Nuevo Continente, decidió invadir la península.


Abdicación del Rey

Napoleón hizo que el Rey legítimo de España, SAR Carlos IV abdicara a favor de su hijo el Príncipe don Fernando VII, al no hacer posible tener un gobierno títere en la península, el Emperador ordenó el arresto del Rey y nombró como tal a su Hermano José Bonaparte.


Ante esta situación, los miembros de las Cortes Españolas, decidieron establecer desobediencia a este nuevo Rey y jurar lealtad al legítimo Borbón. Dado que el control militar, se estableció unas Juntas en las principales ciudades de las “Españas” teniendo como Principal: la “Real Junta de Regencia de Sevilla”

Juntas de Regencia de los Reinos Españoles.

Esta situación se extendió en todos los Territorios españoles se instauraron Juntas de Regencia en*: Virreinatos (Alto Perú el 25 de mayo 1809, Rio de la Plata 25 de mayo de 1810, Nueva Granada 20 de julio de 1810 y Nueva España 15 de septiembre de 1810), Capitanías Generales (Guatemala, Venezuela), Gobernaciones (Quito y Chile), rechazaron la acción de Napoleón, no reconocieron la autoridad de Bonaparte, y juraron leal obediencia al “desgraciado monarca” y “muy Augusto CAR Fernando VII” (desgraciado por la suerte que le tocó).


José fue Rey de 1808 hasta 1913.

Coincidencialmente llegó a Madrid el 20 de julio de 1808.

¿Qué celebramos hoy?

Actualmente hablamos de Bicentenario de la independencia, el relato histórico que se nos es comunicado, habla de una independencia con respecto a España, sin embargo, la evidencia demuestra que Nueva Granada, así como el resto de los territorios españoles incluyendo la península, que se encontraba en su propia guerra de independencia, rechazó la intromisión de los Bonaparte, y aseguró: “La libertad de Los Reinos y cuanto conduzca a la felicidad de la patria”.


Si bien es cierto que esto estableció las bases para una “autodeterminación de los Reinos españoles en América” dada su carácter de “juntas de Gobierno”, la real y total independencia no se logró sino hasta la segunda década de los decimonónicos años.

Por Julian M. Vélez T.

DISCURSO DEL 20 DE JULIO EN HONOR AL LIBERTADOR

DISCURSO DEL 20 DE JULIO EN HONOR AL LIBERTADOR


SIMON JOSE ANTONIO DE LA SANTISIMA TRINIDAD BOLIVAR PONTE Y PALACIO

Estimados conciudadanos granadinos: en este día glorioso en que honramos el bicentenario del grito de la independencia, nos sentimos honrados de poder poseer el gentilicio de nuestros antepasados virreinales ahora en que la Patria lleva por nombre el que quiso el Libertador. Es sentido de orgullo Patrio, gracias a la gestión de nuestro querido Padre Clemente, que ahora los Vahenses podamos identificarnos como lo hacían los habitantes de nuestra Patria Grande en los días que se dieron los acontecimientos que hoy celebramos. Se siente el orgullo hasta los tuétanos, el honor e inimaginable placer de poderlos llamar: Granadinos, Hijos de Granada. Por lo que nuestro pueblo en sí, es un homenaje a nuestra Gran Nación Colombiana: por haber nacido en los tiempos en los que se germinaba el proyecto de nación y por llevar nuestro municipio el nombre con el que nuestro país ha sido conocido la mayor parte de su historia.

Hace 200 años, guiados por el natural impulso de proclamar libertad e independencia de las Españas en contra del dominio extranjero, del dominio de lo de afuera, de lo culturalmente contrario a nuestras justas y nobles aspiraciones, hicieron que personajes de talla del Regidor el Doctor don José Acevedo y Gómez, acompañado de los más ilustres y denotados personajes de la vida santafereña, honrando la memoria y filial obediencia a Cristo Crucificado y poniendo sus manos ante los santos evangelios, prometieron defender la libertad e independencia de la patria con los más altos sentimientos de honor y servicio, para garantizar “la libertad de la Patria; conservar la libertad e independencia de este Reino en los términos acordados; trabajar con infatigable celo para formar la Constitución bajo los puntos acordados, y en una palabra, cuanto conduzca a la felicidad de la Patria”. Tal como dice nuestra Acta de Independencia.

Como no recordar este augusto día en el que el clamor popular, en el cual reside toda la autoridad y soberanía, se manifestó en contra de la tiranía y abuso de poder que aún en nuestros tiempos sentimos. El proyecto de nación que tenían nuestros padres fundadores, aquellos que firmaron el acta del 20 de julio de 1810 en Santa Fe, ha tenido abrumadoras transformaciones durante estos 200 años, 7 Constituciones fueron firmadas en el trayecto de la historia de la vida Republicana de nuestra Patria, unas respetando el deseo explicito en el acta de tener un sistema Federal, otras con una forma centralista de gobierno, pero ninguna ha representado de forma viva y fehaciente el proyecto de Nación que se empezó a construir ese “viernes de mercado”.

Quizá las máximas del pueblo llano y soberano de “Viva el Rey, abajo el mal gobierno” no fueron bien entendidas y hasta hoy son tergiversadas de forma tiránica y cruel. El deseo de que “nuestro Augusto Monarca” fuera quien viniera a reinar a estas tierras no fue tomado sino como una expresión más de las líneas del acta, esta expresión, que debería guiar como un faro, el proyecto nacional naciente, no lo entendieron muchos sino como un pensamiento en pos de establecer una monarquía constitucional de papel. El Rey, como figura visible del Estado, es quien debe vivir y mantenerse por ser la muestra viva de la verdadera libertad, el Rey representa al pueblo, por lo que no hay Rey si no hay pueblo y es en el pueblo donde reside la verdadera soberanía, arrebatada esta por el dominio extranjero transformándose en una tiranía, que a su amaño, eligen falsos representantes para ejercer ese precioso tesoro de la soberanía y autodeterminación de los pueblos de forma aparente, pero no de forma real.

Estamos aquí para honrar a Nuestro Libertador, al hombre que más le aportó al proyecto de Nación, visionando una nación Grande, no solo en la extensión, sino también en participación a nivel mundial; el General Bolívar con su sueño Panamericano, quería que los hijos de América, se mostraran al mundo, fueran partícipes y protagonistas, tratando de evitar la vil humillación que durante estos dos siglos hemos sido víctimas.

Aunque la independencia alcanzada en esa primera mitad del los decimonónicos años, es un triunfo abismal de nuestro Augusto General, los naturales y humanos impulsos de poder, envidia y arrogancia, hicieron que se desataran traiciones, no solo a la persona del libertador, sino también al proyecto de construcción de Nación, con las diversas guerras civiles que bañaron en sangre la tierra sagrada de nuestra Patria durante todo el siglo XIX en las cuales sus autores han formado traiciones a la obligación de los gobernantes y de aquellos que han tenido cierta importancia y protagonismo en la Historia al Desarrollo de la Patria, han estancado la que debería ser la Senda Primaria de la Historia: El desarrollo de la Nación para garantizar “la Felicidad de la patria” como lo llamaron nuestros próceres en las líneas de nuestra acta.

Y es que las palabras del libertador se vuelven proféticas y más actuales ahora, en la que vemos, utilizando la misma expresión de don Simón: “Que El vecino del norte, ha sido el azote y tirano de nuestros países en nombre de la libertad”. La necesidad de unidad en una Patria Grande es más actual y necesaria ahora, en este tiempo que las vicisitudes de las realidades poco son favorables a nuestras necesidades, donde la reestructuración del mundo en un mal llamado “nuevo orden mundial” parece establecer “nuevas colonias” con eufemismos o categorizaciones de tinte económico y político, donde aparentemente se respeta lo inviolable, pero que en realidad van destruyendo y desestabilizando los verdaderos cimientos de nuestra nación para establecerse relaciones de tipo Dominación-dominado, donde se establece una lucha entre clases que, tal como dice Marx, Paren una historia, tal vez no imperialista, pero sin duda, destructores de una identidad, cultura y riqueza de nuestras naciones. La unión de nuestros pueblos, en los que compartimos identidades, sentires, religión y cultura son evidentes; no en vano, la mayoría de nuestros hermanos latinoamericanos celebran iguales efemérides en estas fechas, demostrando que es algo más que nos une, además de nuestra amada lengua, maravillosa herencia de la península, que nos convierte en descendientes directos de la grandiosa Roma, Republicana y civilizada por excelencia, en contraposición de los Bárbaros Anglosajones que se constituyeron en “hijos por adopción”.

El proyecto de Nación todavía, después de 200 años de este acontecimiento histórico, es más necesario que nunca. La senda del Desarrollo debe estar enmarcada en tal como lo dice nuestra acta: “Garantizar la Felicidad de la Patria”, mantener condiciones dignas para los habitantes de nuestra Nación y ser actores de primera en el plano mundial, pero sobre todo, manteniendo el Estado de Derecho, con la soberanía residiendo en sus habitantes, y por sobre todo garantizando la verdadera autodeterminación.

No queda sino decir como Ruben Darío: “Somos Hijos de América, Nietos de España, que rezamos a Jesucristo y hablamos el Español”.

Por la patria, todo por la patria, Viva Colombia, Viva la República.

miércoles, 2 de junio de 2010

GRANADA Y SU INCIDENCIA EN LA PARTICIPACIÓN DE LA GESTA LIBERTADORA

Por Julián M. Vélez T.

Granada, al igual que el resto de la Provincia de Antioquia, frente al proceso de independencia, rindió a quien le beneficiara, al punto que tanto las tropas “patriotas” fueron bien recibidas, así como también las “realistas” cuando ingresaron al territorio antioqueño.

Es en este sentido que no puede exponerse una visión “heroica” y “patriótica” de Antioquia en el sentido estricto para las fechas que celebramos, sólo se anotan en la historia la heroica Batalla de Chorros Blancos el 12 de febrero de 1820 en los actuales límites de Yarumal y Campamento en el norte de Antioquia, y más tarde la huida del Prócer Antioqueño, oriundo del Oriente José María Córdoba a finales de los años veinte del siglo XIX, cuando éste se reveló en contra de la dictadura de Bolívar y fue perseguido hasta la famosa batalla de El Santuario donde fue herido y luego violentamente asesinado por Ruperto Hand comandado por el General O’Hearly. Es aquí donde ingresa a la historia nuestro aún pobre y en crecimiento pueblo que aún se denominaba “Santa Bárbara de los Baos” o “Los Vahos”, por donde cuenta la historia, tomaron el atajo las fuerzas leales a Bolívar, además de ser en este sitio, donde se le encargó “la cura de almas” al sacerdote que le diera los últimos sacramentos a nuestro característico prócer: el Sr Pbro don Francisco Javier Gómez, quien había sido primer sacerdote residente en la viceparroquia (1812) y luego parroquia en 1817, y quien ostenta el título de Primer párroco de nuestra Bicentenaria comunidad eclesial, además de haber sido el sobrino del fundador Juan de Dios Gómez.

Es curioso pensar que en estas tierras, ahora cuando se habla de “independencias” y “liberación del yugo español”, no se pensara de esta forma en el tiempo en que estas situaciones estaban en su mayor apogeo. Basta anotar que en el documento del Pbro Fermín Mexía, Cura doctrinero del Peñol hacia 1807, y luego cura de El Carmen en 1811, en su certificación por la cual da fe de la existencia de la Iglesia en este sitio de Los Baos, manifestara su obediencia filial al Rey, escribiendo en las mismas líneas de su misiva la expresión “…sus terminados y jurisdiccion por el Rey Nuestro Señor (que Dios Guarde)” y al mismo tiempo se mencione la actitud heróica, valiente y decidida de otro sacerdote muy afín a nuestra identidad, al punto de llegar a ostentar el título de “Segundo Libertador de Antioquia”, me estoy refiriendo al Presbítero Señor Doctor Don Jorge Ramón de Posada, como gustaba que lo llamaran.

Esta aparente dicotomía entre estos dos pastores ejemplares parece no ubicarse en lo político únicamente, sino también en el aspecto de la ejecución de su labor pastoral, basta con recordar la poca disposición y el mal trato que dio el cura de Marinilla a la iglesia construida por nuestros beneméritos ancestros, los colonos fundadores, de “pajiza” e “indigna para la oblata”; mientras que el Padre Mexía la describe como “y sabiendo que allí havía Igle-cia llevé Recado para decir misa…” (ortografía propia de la época). Mientras el uno la trata de forma sugestiva el otro la desprecia al lugar de lo “indigno”.

Bueno, lo cierto es que así como en el resto de Antioquia, Granada, sus alrededores y todo el Cantón de Marinilla, parecía no tener la excepción, nos cuenta el historiador Padre Ulpiano Gómez que “Jorge Ramón de Posada llegó a Marinilla a comprar tierra, y este señor llega a tener la función espiritual y político”, Jorge Ramón por lo tanto, llega a hacer campaña en esta región, cuenta el mismo padre Gómez, que fue Jorge Ramón quien encabezó, montado en el Caballo de Córdoba el desfile de ingreso a Rionegro, ya que el mismo general se encontraba borracho, además, de mantener las familias de los soldados comandados por Córdoba mientras éstos se encontraban en campaña, en el tiempo en que existían los Curatos Propios y no existían las personerías Jurídicas, todos lo que por ventura le correspondería a la parroquia quedaba como propiedad personal del encargado de la “cura de almas”, esto posibilitado en gran medida por el llamado Patronato Regio firmado por España.. ¿Por qué nos independizamos del Imperio español sino molestaban? Y al contrario, a los clérigos los beneficiaba considerablemente. ¿Qué fue lo que hizo que el Oriente ingresara en la gesta independista? Una posible respuesta puede ser: la fuerza del púlpito y el poder adquisitivo en aumento de algunos donde era más fácil manejar las leyes al antojo con un gobierno cerca que al otro lado del Atlántico. Pero sin duda, Jorge Ramón es sacerdote y hace sus oficios como tal, pero no deja de ser un político, además de tener una riqueza al final de su vida.

domingo, 16 de mayo de 2010

200 años de independencia. Los indios fieles al Rey.

200 años de independencia. Los indios fieles al Rey.

Se pueden distinguir en primer lugar los tipos de guerrillas que se componen de los habitantes autóctonos de su propia área de actuación, y que son las más numerosas y estaban formadas por indígenas generalmente; y cuyas poblaciones estarían integradas dentro de los territorios virreinales, como en el caso de los pastusos de Nueva Granada; o estarían integrados por indígenas de zonas periféricas de los virreinatos, como el caso de los araucanos del sur de Chile o los indios Guajira del Caribe neogranadino. En segundo lugar están algunas formaciones guerrilleras que tienen su origen en agrupaciones militares realistas que se han dispersado, y son del país pero no son autóctonos.

En el escenario descrito más abajo, especialmente a lo que a los habitantes de Pasto y a los llaneros se refiere, es donde surge el decreto de "Guerra a Muerte" de Bolívar (dado en la ciudad de Trujillo el 13 de junio de 1813) con cuyos términos esperaba Simón Bolívar contrarrestar las acciones casi invencibles de los llaneros contra los criollos. En el período comprendido entre 1813 y 1814 tanto Bolívar, en el Norte, como Nariño, en el Sur, lograron, en empresas simultáneas, conducir los enfrentamientos entre "patriotas" y realistas al plano de una guerra de dimensiones continentales contra un enemigo común: España. Esto era lo que efectivamente se proponía el mencionado decreto de Bolívar. Aunque estaba dirigido a los venezolanos no dejaba de tener un halo de universalidad. En su parte final rezaba: "Españoles y Canarios, contad con la muerte, aún siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aún cuando seáis culpables". Si a alguien podían cobijar los términos del decreto era justamente a los pastusos por su doble condición de americanos y realistas. Que Venezuela era una nación en contienda lo afirmaba aquel otro pasaje del decreto que pretendía "... mostrar a las Naciones del Universo, que no se ofende impunemente a los hijos de América". Lo cual deja patente, una vez más, la visión clasista de Bolívar al considerar únicamente como "hijos de América" a sus partidarios, cuando la realidad estaba tan lejana de sus afirmaciones propagandísticas.

En Venezuela, tras el triunfo inicial independentista, las guerrillas de Siquisique, en la provincia de Coro, al mando de Juan de los Reyes Vargas, apoyaron la llegada de una compañía de marines españoles al mando de Monteverde, y tras su desaparición, los restos de las milicias realistas de esclavos y de llaneros se consolidaron en el territorio de los Llanos para formar un verdadero ejército que al mando de Tomás Bobes que destruiría los ejércitos independentistas dominando toda Venezuela, antes y sin apoyo de la expedición española de Morillo. Tras la caída de Puerto Cabello en 1823, las guerrillas siguieron actuando hasta el año 1829, y apoyaron una última incursión del Coronel Arizabalo. Los llaneros surgieron en la región de Venezuela, durante el período colonial, al establecerse en vastas y lejanas zonas del llano un grupo humano conformado, fundamentalmente, por pardos libres quienes eran expertos jinetes, dedicados a una vida semi nómada, a la recolección de ganado salvaje y al comercio de pieles y de otros productos animales. El panorama social que se presentaba a fines del siglo XVIII en las extensiones territoriales del llano era el de un avance de la aristocracia criolla de Venezuela con el propósito de hacer fundación de haciendas, creándose así una tensión entre la oligarquía criolla y las masas populares de la región. José Tomás Bobes, unido a los llaneros terminaron por derrotar a las fuerzas "patriotas". En la región de Pasto, al sur de Nueva Granada, las guerrillas serán dirigidas por el General Agustín Aqualongo hasta junio de 1824, cuando es hecho prisionero y ajusticiado. Las guerrillas combatirán hasta el año 1830. San Juan de Pasto, donde nació Agualongo, es una ciudad llena de iglesias del barroco virreinal y se caracterizó por su fidelidad al Rey hasta el final. Si el grito de independencia se dio en 1810, todavía en 1824 resistía Agustín Agualongo, a quien para cuando le llegó de Madrid el despacho de Brigadier General de los Reales Ejércitos, ya había sido fusilado por los liberales independentistas. Luego, por ese realismo que aunque pasados tantos años todavía hoy se respira, fue objeto de un tratamiento brutal por parte del ejército de Bolívar. Aún hoy los habitantes de Pasto declaran que perdieron en su intento de ser libres en una comarca donde Dios, el Rey y el trabajo honrado los sustentaban el pan diario en medio de la alegría de hermanos.

La ciudad de Pasto había sido un bastión realista desde el comienzo de la emancipación neogranadina, el territorio entre Quito y Popayan estaba en poder de las guerrillas pastusas quienes destruyeron varios ejércitos "patriotas". Llegaron a ser un componente muy importante de las guerrillas realistas que terminarían por propinarle a Nariño y a su ejército el estruendoso descalabro de 1814 con el cual se cerraría el primer ciclo de la oposición de Pasto a la independencia.

La resistencia de la población unida a las guerrillas realistas bajo jefes como Agustín Agualongo lograron mantener su independencia por mucho tiempo. El autor Indalecio Liévano Aguirre indica que se trataba de una “población compuesta por la unión de esclavos fugitivos del Valle del Cauca con indios nativos del Valle del Patía.” En la década de 1820 Pasto respondería con redoblada reacción a los intentos de los patriotas de dominar la provincia. De este período data la acción de la guerrilla realista, liderada por el General Realista pastuso Agustín Agualongo y responsable de la derrota del Mariscal Sucre (en la Batalla de Guachi del 12 de septiembre de 1821) antecedida por la victoria realista en la localidad de Genoy (el 2 de febrero de 1821). La aniquilación de los "patriotas" en esta última contienda habría sido de grandísimas proporciones si no se hubiera producido el armisticio pactado entre Bolívar y Morillo el 25 de noviembre de 1820, cuyos términos ponían fin a la "Guerra a Muerte" que suponía el exterminio del enemigo. El armisticio disponía la regularizació n de la guerra y dentro de ésta, la preservación de la vida de los prisioneros. El episodio de la Batalla de Bomboná o Batalla de Cariaco, que nunca ganó Simón Bolívar, cuyo ejército huyó despavorido para regresar al Trapiche (Cauca). Aunque esto ha sido manipuladoramente narrado como "retirada heroica" de Simón Bolivar. Una retirada en la Bolivar dejó abandonados, en el caserío de Consacá a 200 heridos, entre ellos el General Torres, enviándole 2000 pesos al Comandante español para los gastos de los heridos mientras tardaba en volver...

La población de Pasto, en masa, luchó contra el ejército de Bolivar. La guerrilla realista de Pasto volvería a emprender nuevas acciones en la segunda parte de 1822 como respuesta a las victorias de Bolívar y Sucre que condujeron a la capitulación de Quito y Pasto. En esta ocasión aquélla entraría a una fase muy singular. Sus líderes Agustín Agualongo y Benito Boves procederían (luego de la capitulación de Pasto en junio de 1822) a fugarse de la prisión y a tomar la ciudad, empresa en la que no contaron con el apoyo ni del clero ni de los notables aún cuando ésta se llevara a cabo en nombre de la causa del Rey. El fragor de la guerra duraría en Pasto hasta finales de 1822 al ocupar Sucre la capital provincial el 24 de diciembre de 1822. A esto sucedería la siniestra "Nochebuena pastusa" en la que el ejército "patriota" cometió toda clase de desafueros, tan bárbaros que se presentaron como salvajes hordas destructivas, que asesinaron niños y violaron mujeres, entregados a la violencia con desesperación. La lectura de libro "Estudios sobre la Vida De Bolívar" del humanista pastuso José Rafael Sañudo, pone al descubierto las atrocidades de los "patriotas" en su paso criminal por Pasto. Leyendo ese libro, se comprende la resistencia de un pueblo al embiste brutal de una independencia no querida. A los héroes de Pasto, por haber vencido en Bomboná "se los cosió por la espalda, alanceados y arrojados al vórtice horripilante del Guaítara". En ese libro se conoce la terrible noche del 24 de diciembre de 1822, la "Nochebuena pastuosa" donde “las manos de Sucre conocieron la vergonzante sangre de sus hermanos pastuosos torturados, vencidos y humillados. Las violaciones y la crueldad con que se enseñaron contra los habitantes de Pasto, obligaron a los pastuosos a defenderse con todo su ardor y valentía en defensa de su propia vida. Pero se acallan las voces de la historia cuando toda ésta hecatombe pudo evitarse si Simón Bolivar hubiese hecho caso de las palabras de Santander al advertirle éste sobre lo equivocado que era manejar a Pasto como se lo proponía, pues llevaría a confrontaciones innecesarias. La historia ha demostrado que tales palabras no fueron escuchadas y que primó la terquedad de Bolivar.” En 1830 Sucre viajaba en una caravana que salió de Bogotá, integrada por el diputado Andrés García Téllez, hacendado de Cuenca, el sargento de caballería Lorenzo Caicedo, asistente de Sucre, el negro Francisco, sirviente de García, y dos arrieros con bestias de carga. Después de pasar por Popayán, el grupo de viajeros salió de La Venta (hoy La Unión), el 4 de junio de 1830. Al pasar por las montañas de Berruecos, cerca de Pasto, era asesinado. En el proceso del crimen de Berruecos fueron inculpadas las siguientes personas: el coronel Apolinar Morillo, Andrés Rodríguez y José Cruz, soldados peruanos licenciados del ejército, y el tolimense José Gregorio Rodríguez. Los tres últimos trabajaban como peones de José Erazo, un mestizo de la provincia de Pasto, que se consideró uno de los cómplices del crimen. A los 10 años del asesinato de Sucre, José Erazo cayó prisionero en Pasto, y en los interrogatorios confesó el crimen. En el proceso se dictó sentencia de muerte para el coronel Apolinar Morillo, además se acusó al general José María Obando como autor principal del asesinato; el coronel Morillo, antes de subir al patíbulo, acusó también a Obando. Sin embargo, el crimen sigue sin esclarecerse, por el sinnúmero de factores condicionantes que hay a su alrededor: causas políticas, caudillistas, regionalistas e inclusive familiares. La esposa de Sucre, la marquesa de Solanda, volvió a casarse, cumplido el primer año de duelo, con el general Isidoro Barriga, quien había sido su subalterno.